El merengue tubo su origen en el Caribe a principios del siglo XIX. En sus orígenes, el merengue era interpretado con instrumentos de
cuerda: bandurria, guitarra... aunque de este merengue poco queda.
Los moralistas de la época trataron de prohibir esta música, debido a sus
letras sugerentes y a los sensuales movimientos de sus bailarines, aunque
con muy poco éxito, ya que el ritmo siguió popularizándose. La sencillez y
alegría, tanto de su música como de su baile, hicieron que el merengue se
impusiera a otros ritmos caribeños, como la entontes popular Tumba.
Se dio origen a dos formas de merengue: el merengue folclórico o típico,
que fue perdiendo fuerza, pero que aún se encuentra en las zonas rurales, y
el merengue de salón, estructurado sobre la base de una gran orquesta al
estilo Big Band, pero manteniendo la base rítmica original.
Los grandes creadores
del merengue actual son Johnny Ventura, Wilfrido Vargas, y Juan Luis
Guerra.
En la actualidad, el merengue es un baile de salón que nunca
falta en las pistas de baile. Su paso base es el más sencillo de todos, por
lo que cualquier principiante puede empezar a bailar rápidamente.
La única dificultad del merengue es el correcto movimiento de caderas, algo que para algunos es muy fácil, mientras que para otros requiere algo de práctica. Siempre que se siga el ritmo, la mayoría de las figuras se pueden hacer de forma más rápida o más lenta, o dicho de otra manera, con los pasos más o menos largos. La rapidez de los pasos la marca el ritmo musical.
La única dificultad del merengue es el correcto movimiento de caderas, algo que para algunos es muy fácil, mientras que para otros requiere algo de práctica. Siempre que se siga el ritmo, la mayoría de las figuras se pueden hacer de forma más rápida o más lenta, o dicho de otra manera, con los pasos más o menos largos. La rapidez de los pasos la marca el ritmo musical.
A continuación un vídeo en el que se demuestra que los niños también llevan en ritmo en el cuerpo.
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